Las condiciones básicas para conducir seguro podríamos resumirlas en:
- Conductor en condiciones físicas óptimas.
- Vehículo en perfecto estado.
- Respeto a las normas.
Las tres tienen el mismo nivel de importancia y están al alcance de todos los conductores. Si estas premisas se tienen en cuenta siempre, las probabilidades de sufrir un accidente se reducen de forma notable.
El resto de condiciones son variable y pueden resumirse en:
- La densidad del tráfico
- El estado de la carretera
- La meteorologíaAnte el empeoramiento de cualquiera de estos factores, la norma de oro es aplicar unas buenas dosis de prudencia y de sentido común.
Ante cualquier dificultad, según su grado, conviene:
- Reducir la velocidad, sobre todo en curvas y en poblados.
- Sujetar bien el volante (no relajarse en ningún momento)
- Aumentar la distancia de seguridad con respecto al vehículo precedente.
- Evitar adelantamientos innecesarios y no hacerlos en zonas pobladas.